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El Bhagavad-gītā Tal y como es - Бхагавад-гита как она есть В процессе
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oṁ ajñāna-timirāndhasya
jñānāñjana-śalākayā
cakṣur unmīlitaṁ yena
tasmai śrī-gurave namaḥ

śrī-caitanya-mano-’bhīṣṭaṁ
sthāpitaṁ yena bhū-tale
svayaṁ rūpaḥ kadā mahyaṁ
dadāti sva-padāntikam
Nací en la ignorancia más obscura y mi maestro espiritual abrió mis ojos con la antorcha del conocimiento. Yo le ofrezco mis respetuosas reverencias.
¿Cuándo me dará refugio bajo sus pies de loto Śrīla Rūpa Gosvāmī Prabhupāda, quien ha establecido en este mundo material la misión de cumplir el deseo del Señor Caitanya?
vande ’haṁ śrī-guroḥ śrī-yuta-pada-
kamalaṁ śrī-gurūn vaiṣṇavāṁś ca
śrī-rūpaṁ sāgrajātaṁ saha-gaṇa-
raghunāthānvitaṁ taṁ sa-jīvam
sādvaitaṁ sāvadhūtaṁ parijana-
sahitaṁ kṛṣṇa-caitanya-devaṁ
śrī-rādhā-kṛṣṇa-pādān saha-gaṇa-
lalitā-śrī-viśākhānvitāṁś ca
Ofrezco mis respetuosas reverencias a los pies de loto de mi maestro espiritual Y a los pies de todos los Vaisṇavas. Ofrezco mis respetuosas reverencias a los pies de loto de Śrīla Rūpa Gosvāmī junto con su hermano mayor Sanātana Gosvāmī, así como a Raghunātha Dāsa y Raghunātha Bhaṭṭa, Gopala Bhaṭṭa Y Śrī Jīva Gosvāmī. Ofrezco mis respetuosas reverencias al Señor Kṛṣṇa Caitanya y al Señor Nityananda, junto con Advaita Ācarya, Gadādhara, Śrīvāsa y demás asociados. Ofrezco mis respetuosas reverencias a Śrīmatī Rādhārāṇī y Śrī Kṛṣṇa, junto con sus asociadas, Śrī Lalitā y Viśākā.
he kṛṣṇa karuṇā-sindho
dīna-bandho jagat-pate
gopeśa gopikā-kānta
rādhā-kānta namo ’stu te
¡Oh mi querido Kṛṣṇa! Tú eres el amigo de los afligidos y la fuente de la creación. Tú eres el amo de las gopīs y el amante de Rādhārāṇī. Te ofrezco mis respetuosas reverencias.
tapta-kāñcana-gaurāṅgi
rādhe vṛndāvaneśvari
vṛṣabhānu-sute devi
praṇamāmi hari-priye
Ofrezco mis respetos a Rādhārāṇī, cuya tez es como el oro fundido y quien es la Reina de Vṛndāvana. Tú eres la hija del Rey Vṛṣabhanu, y le eres muy querida al Señor Kṛṣṇa.
vāñchā-kalpa-tarubhyaś ca
kṛpā-sindhubhya eva ca
patitānāṁ pāvanebhyo
vaiṣṇavebhyo namo namaḥ
Ofrezco mis respetuosas reverencias ante todos los devotos Vaiṣṇavas del Señor, quienes están llenos de compasión por las almas caídas y son exacta mente como los árboles de deseos que pueden satisfacer los deseos de todos.
śrī-kṛṣṇa-caitanya prabhu-nityānanda
śrī-advaita gadādhara śrīvāsādi-gaura-bhakta-vṛnda
Ofrezco mis reverencias a Śrī Kṛṣṇa Caitanya, Prabhu Nityānanda, Śrī Advaita, Gadādhara, Śrīvāsa y todos los demás en la línea devocional.
hare kṛṣṇa hare kṛṣṇa kṛṣṇa kṛṣṇa hare hare
hare rāma hare rāma rāma rāma hare hare
El Bhagavad-gītā se conoce también como Gītopaniṣad. Es la esencia del conocimiento védico y uno de los Upaniṣads más importantes dentro de la literatura védica. Por supuesto que hay muchos comentarios sobre el Bhagavad-gītā, así que se podrá objetar la necesidad de otro. La edición actual puede explicarse de la manera siguiente: Hace poco una señora norteamericana me pidió que le recomendara una traducción del Bhagavad-gītā. Desde luego que hay muchísimas ediciones del Bhagavad-gītā en Norteamérica. Pero de todas las que he visto, no solamente en Norteamérica sino también en la India, ninguna puede decirse que sea estrictamente autoritativa, pues en casi todas el comentarista ha expresado sus propias opiniones sin tocar' el espíritu del Bhagavad-gītā tal como es.
El espíritu del Bhagavad-gītā es mencionado en el mismo Bhagavad-gītā. Es exactamente así: si queremos tomar una medicina determinada, entonces tenemos que seguir las instrucciones escritas en la etiqueta. No podemos tomar la medicina de acuerdo a nuestro propio capricho o a la instrucción de un amigo. Debe tomarse conforme a las instrucciones de la etiqueta o las dadas por un médico. Similarmente, el Bhagavad-gītā debe tomarse o aceptar se tal como el orador mismo lo instruye. El orador del Bhagavad-gītā es el ' Señor Śrī Kṛṣṇa. A Él se Le menciona en cada página del Bhagavad-gītā como la Suprema Personalidad de Dios, Bhagavān. Por supuesto que algunas veces la palabra «bhagavān» se refiere a cualquier persona o semidiós poderoso, seguramente su uso aquí designa al Señor Śrī Kṛṣṇa como a una gran personalidad; pero al mismo tiempo debemos saber que el Señor Śrī Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios, así como lo confirman todos los grandes ācāryas (maestros espirituales) tales como Śaṅkarācārya, Rāmānujācārya, Madhvācārya, Nimbārka Svāmī, Śrī Caitanya Mahāprabhu y muchas otras autoridades del conocimiento védico en la India. En el Bhagavad-gītā, el Señor Mismo también Se erige como la Suprema Personalidad de Dios y en el Brahma-saṁhitā y en todos los Purāṇas se Le acepta como tal, especialmente en el Śrīmad-Bhāgavatam, conocido como el Bhāgavata Purāṇa (kṛṣṇas tu bhagavān svayam). Por ende, debemos tomar el Bhagavad-gītā tal como lo enseña la Personalidad de Dios Mismo. En el capítulo cuatro del Gītā [4.1–3] el Señor dice:
imaṁ vivasvate yogaṁ
proktavān aham avyayam
vivasvān manave prāha
manur ikṣvākave ’bravīt

evaṁ paramparā-prāptam
imaṁ rājarṣayo viduḥ
sa kāleneha mahatā
yogo naṣṭaḥ paran-tapa

sa evāyaṁ mayā te ’dya
yogaḥ proktaḥ purātanaḥ
bhakto ’si me sakhā ceti
rahasyaṁ hy etad uttamam
Aquí el Señor le informa a Arjuna que este sistema de yoga del Bhagavad-gītā se le habló inicialmente al dios del sol y que éste lo explicó a Manu y Manu lo explicó a Ikṣvāku, y en esa forma este sistema de yoga ha descendido a través de la sucesión discipular, de un orador a otro; mas en el transcurso del tiempo se ha perdido. En consecuencia el Señor tiene que hablarlo de nuevo, en esta ocasión a Arjuna en el campo de batalla de Kurukṣetra.
El le dice a Arjuna que le está relatando este secreto supremo porque él es Su devoto y amigo. Esto significa que el Bhagavad-gītā es un tratado destinado especialmente para el devoto del Señor. Existen tres clases de trascen dentalistas a saber: el jñānī, el yogī y el bhakta, o sea el impersonalista, el meditador, y el devoto. Aquí el Señor le dice claramente a Arjuna que lo está haciendo el primer receptor de un nuevo paramparā (sucesión discipular) puesto que la vieja sucesión se había roto. Por tal razón era el deseo del Señor establecer otro paramparā en la misma línea de pensamiento en que había descendido del dios del sol a otros; así que fue Su deseo que Arjuna distribuyera de nuevo Sus enseñanzas. El quiso que Arjuna se convirtiese en la autoridad en la comprensión del Bhagavad-gītā. Por consiguiente, vemos que se le instruyó el Bhagavad-gītā especialmente a Arjuna porque éste era un devoto del Señor, discípulo directo de Kṛṣṇa, y Su amigo íntimo. Por lo tanto, quien tiene cualidades similares a las de Arjuna, puede comprender mejor el Bhagavad-gītā. Es decir que uno debe ser un devoto en relación directa con el Señor. Tan pronto como uno se convierte en devoto del Señor también tiene una relación directa con el Señor. Esto constituye un tema muy elaborado, pero en pocas palabras puede establecerse que un devoto está en relación con la Suprema Personalidad de Dios en una de las cinco diferentes maneras:
  • · Se puede ser devoto en un estado pasivo;
  • · Se puede ser devoto en un estado activo;
  • · Se puede ser devoto como amigo;
  • · Se puede ser devoto como padre o como madre;
  • · Se puede ser devoto como amante conyugal.
Arjuna estaba relacionado con el Señor como amigo. Desde luego que hay un mar de diferencia entre esta amistad y la amistad que se encuentra en el mundo material. Esta es una amistad trascendental que no todo el mundo puede tener. Por supuesto que todos tenemos una relación particular con el Señor y tal relación se evoca mediante la perfección del servicio devocional. Pero en la condición actual de nuestra vida hemos olvidado no solamente al Señor Supremo, sino que también hemos olvidado nuestra relación eterna con El. Todo ser viviente, entre muchos billones y trillones de seres vivientes, tiene eternamente una relación particular con el Señor. A esto se le denomina svarūpa . Por medio del proceso de servico devocional uno puede revivir ese svarūpa, a esta etapa se le llama svarūpa-siddhi, o perfección de la posición constitucional propia. Así que Arjuna era devoto y estaba relacionado con el Señor por amistad.
Debe notarse la manera en que Arjuna aceptó este Bhagavad-gītā,la cual es presentada en el capítulo décimo.[10.12–14]:

arjuna uvāca
paraṁ brahma paraṁ dhāma
pavitraṁ paramaṁ bhavān
puruṣaṁ śāśvataṁ divyam
ādi-devam ajaṁ vibhum

āhus tvām ṛṣayaḥ sarve
devarṣir nāradas tathā
asito devalo vyāsaḥ
svayaṁ caiva bravīṣi me

sarvam etad ṛtaṁ manye
yan māṁ vadasi keśava
na hi te bhagavan vyaktiṁ
vidur devā na dānavāḥ

«Arjuna dijo: Tú eres el Bralunan Supremo, lo último, la morada y el purificador supremos, la Verdad Absoluta y la eterna Persona Divina. Tú eres el Dios primordial, trascendental y original y Eres el que no nace y la belleza omnipenetrante. Todos los grandes sabios como Narada, Asita, Devala y Vyasa proclaman esto de Ti,y ahora Tú Mismo me lo estás declarando. ¡Oh Kṛṣṇa! acepto completamente como verdad todo lo que Tú me has dicho. Ni los dioses ni los demonios ¡oh Señor! conocen Tu personalidad».

Después d e oír el Bhagavad-gītā de parte de la Suprema Personalidad de Dios, Arjuna aceptó a Kṛṣṇa como paraṁ brahma, el Brahman Supremo. Todo ser viviente es Brahman, pero el Brahman Supremo es el ser viviente supremo o sea la Suprema Personalidad de Dios. Paraṁ dhāma significa que El es el reposo supremo o la morada de todo; pavitram significa que El es puro, incorruptible por la contaminación material; puruṣam significa que El es el disfrutador supremo, śāśvatam, eterno; divyam significa trascendental; ādi-devam, la Suprema Personalidad de Dios; ajam el sin nacimiento; y vibhum, el más grande.
Ahora bien, se puede pensar que como Kṛṣṇa era el amigo de Arjuna, éste Le estaba diciendo todo eso a manera de adulación, pero Arjuna, tan sólo para eliminar esta clase de dudas de las entes de los lectores del Bhagavad-gītā, sustenta sus alabanzas en el verso s guiente cuando dice que Kṛṣṇa es aceptado como la Suprema Personalidad de Dios no solamente por él mismo, sino también por autoridades tales como el sabio Nārada, Asita, Devala y Vyāsadeva. Estas son grandes personalidades que distribuyen el conocimiento védico tal como es aceptado por todos los ācāryas. Por eso, Arjuna Le dice a Kṛṣṇa que acepta todo lo que ha dicho como completamente perfecto. Sarvam etad ṛtaṁ manye: «acepto como verdad todo lo que Tu dices». Aijuna también dice que es muy difícil comprender la personalidad del Señor y que nadie Lo puede conocer, ni aun los grandes semidioses. Esto significa que aun personalidades superiores a los seres humanos no están capacitados para conocer al Señor. Así pues, ¿cómo puede un ser humano comprender a Śrī Kṛṣṇa sin convertirse en Su devoto?
Por consiguiente el Bhagavad-gītā se debe recibir con un espíritu de devoción, sin pensar que se es igual a Kṛṣṇa, ni que Kṛṣṇa es una persona ordinaria, ni incluso una personalidad muy ilustre. El Señor Śrī Kṛṣṇa es la Suprema Personalidad de Dios, por lo menos teóricamente, según las afirma ciones del Bhagavad-gītā o de Arjuna, quien es la persona que está tratando de entender el Bhagavad-gītā. Por ello, aunque sea teóricamente debemos aceptar a Śrī Kṛṣṇa como a la Suprema Personalidad de Dios, con ese espíritu sumiso podemos entender el Bhagavad-gītā. A menos que se lea el Bhagavad-gītā con un espíritu sumiso será muy difícil comprenderlo ya que constituye un gran misterio.
¿Qué es precisamente el Bhagavad-gītā? Su propósito es el de redimir a la humanidad de la nesciencia de la existencia material. Todo hombre está en dificultades en muchas formas, tal como Arjuna estaba también en dificultades al tener que luchar en la batalla de Kurukṣetra. Arjuna se rindió a Śrī Kṛṣṇa, como consecuencia este Bhagavad-gītā fue hablado. No solamente Arjuna, sino cada uno de nosotros está lleno de ansiedades debido a esta existencia material. Nuestra misma existencia se halla en una atmósfera de no existencia. En realidad no estamos destinados a que la no existencia nos amenace. Nuestra existencia es eterna, mas de una u otra manera hemos sido puestos en asat, palabra esta que se refiere a lo no existente.
De tantos seres humanos que sufren son muy pocos los que realmente indagan acerca de su posición, quiénes son y porqué fueron puestos en esta situación incómoda, etc. Uno no debe ser considerado un ser humano perfecto a menos que despierte a esta posición de examinar su sufrimiento y a menos que se dé cuenta que no quiere sufrimiento sino que quiere solucionar todos los sufrimientos. Lo humano comienza cuando esta clase de interrogación se despierta en la mente. En el Brahma-sūtra, esta indagación es llamada brahma-jijñāsā. Athāto brahma-jijñāsā. Todas las actividades del ser humano habrán de considerarse un fracaso si él no investiga acerca de la naturaleza del Absoluto. Por ello, aquellos que comienzan a inquirir porqué sufren, o de dónde vinieron y adónde irán después de la muerte, son los estudiantes idóneos para comprender el Bhagavad-gītā. El estudiante sincero debe tener también un firme respeto por la Suprema Personalidad de Dios, tal estudiante era Arjuna.
El Señor Kṛṣṇa desciende específicamente para restablecer el verdadero propósito de la vida cuando el hombre se olvida de dicho propósito. Aun así, entre muchos, muchísimos seres humanos que despiertan, tal vez haya uno que en realidad penetre al espíritu de la comprensión de su posición, para él es hablado este Bhagavad-gītā. En realidad el tigre de la nesciencia nos persigue pero el Señor es muy misericordioso para con las entidades vivientes, especialmente con los seres humanos. Con este fin, El habló el Bhagavad-gītā, haciendo a Su amigo Arjuna Su discípulo.
Siendo un asociado del Señor Kṛṣṇa, Arjuna se encontraba por encima de toda ignorancia; mas Arjuna fue puesto en ignorancia en el campo de batalla de Kurukṣetra, simplemente para que interrogase al Señor Kṛṣṇa. la acerca de los problemas de la vida, de forma que el Señor pudiera explicarlos para beneficio de las futuras generaciones de seres humanos y trazar así el plan de la vida. El hombre podría entonces actuar en consecuencia y perfeccionar la misión de la vida humana.
El tema del Bhagavad-gītā entraña la comprensión de cinco verdades básicas. Ante todo, se explica la ciencia de Dios y luego la posición constitucional de las jīvas, o entidades vivientes. Existe el īśvara que significa contro lador y existen las jīvas, las entidades vivientes quienes son controladas. Si una entidad viviente dice que no está controlada sino que es libre, entonces está demente. El ser viviente está controlado en todo aspecto, por lo menos en su vida condicionada. En consecuencia, en el Bhagavad-gītā el tema trata del īśvara, el controlador supremo, y de las jīvas, o entidades vivientes contro ladas. También se discuten la prakṛti (la naturaleza material), el tiempo (la duración de la existencia de todo el universo o de la manifestación de la naturaleza material) y el karma (la actividad). La manifestación cósmica está llena de diferentes actividades en las que se ocupan todas las entidades vivientes. Del Bhagavad-gītā hemos de aprender lo que es Dios, lo que son las entidades vivientes, lo que es la prakṛti, lo que es la manifestación cósmica y cómo es controlada por el tiempo y cuáles son las actividades de las entidades vivientes.
De estos cinco temas básicos del Bhagavad-gītā se establece que la Divinidad Suprema, o sea Kṛṣṇa, o sea el Brahman, o el controlador supremo, o el Paramātmā -se Le puede dar el nombre que se desee- es el mas grande de todos. Los seres vivientes son cualitativamente similares al controlador supre mo. El Señor por ejemplo tiene control sobre los asuntos universales, sobre la naturaleza material, etc., tal como se explicará en los capítulos posteriores del Bhagavad-gītā. La naturaleza material no es independiente; ella actúa bajo la dirección del Señor Supremo. Como dice el Señor Kṛṣṇa: mayādhyakṣeṇa prakṛtiḥ sūyate sa-carācaram «Esta naturaleza material trabaja bajo Mi dirección». Cuando vemos cosas maravillo s sucediendo en la natura leza cósmica, debemos saber que detrás de esta anifestación cósmica hay un controlador. Nada puede hacerse manifiesto sin ser controlado. Es pueril no considerar al controlador. Por ejemplo un niño puede pensar que un automó vil es completamente maravilloso, al ser capaz de rodar sin que lo tire un caballo u otro animal, pero un hombre cuerdo conoce la naturaleza del arreglo mecánico del automóvil. El también sabe que detrás de la maquinaria existe una persona, un operador. En forma semejante, el Señor Supremo es el operador bajo cuya dirección todo está trabajando. Tenemos ahora que las jīvas, o sea las entidades vivientes, han sido aceptadas por el Señor como sus partes o porciones, tal como lo veremos en capítulos posteriores. Una partícula de oro es también oro, una gota de agua de mar también es salada; en forma. similar nosotros, las entidades vivientes, siendo partes o porciones del controlador supremo, īśvara o Bhagavān, el Señor Śrī Kṛṣṇa, tenemos todas las cualidades del Señor en cantidad diminuta pues somos īśvaras diminutos, o sea īśvaras subordinados. Tratamos de controlar la naturaleza, de la misma manera en que actualmente estamos tratando de controlar el espacio o los planetas, y esta tendencia a controlar existe porque está presente en Kṛṣṇa. Mas aunque tenemos una tendencia a enseñorearnos sobre la naturaleza material, debemos saber que no somos el controlador supremo. Esto es explicado en el Bhagavad-gītā.
¿Qué es la naturaleza material? Esto también es descrito en el Gītā como prakṛti inferior, o naturaleza inferior. La entidad viviente es aquí descrita como prakṛti superior. La prakṛti ya sea inferior o superior, siempre está bajo control. La prakṛti es femenina y el Señor la controla, así como el marido controla las actividades de la mujer. La prakṛti siempre es subordinada o dominada por el Señor, quien es el que predomina. Tanto las entidades vivientes como la naturaleza material son predominadas o controladas por el Señor Supremo. Según el Gfta, aunque las entidades vivientes sean partes o porciones de Dios, deben ser consideradas como prakṛti; esto es claramente mencionado en el Capítulo Siete, verso quinto del Bhagavad-gītā: Apareyam itas tv anyāṁ prakṛtiṁ viddhi me parām/ jīva-bhūtām. «Esta prakṛti es Mi naturaleza inferior, más allá de ésta, hay otra prakṛti: jīva-bhūtām, la entidad viviente».
La misma naturaleza material consta de tres cualidades: la modalidad de la bondad, la modalidad de la pasión y la modalidad de la ignorancia. Por encima de ellas está el tiempo eterno, por medio de una combinación de estas modalidades de la naturaleza y bajo el control y supervisión del tiempo eterno, existen actividades que son llamadas karma. Estas actividades se han venido ejecutando desde tiempos inmemoriales y estamos sufriendo o disfrutando los frutos de nuestras actividades. Por ejemplo, supongamos que soy un hombre de negocios y que he trabajado muy duro e inteligentemente para acumular una cuenta bancaria muy grande; entonces soy un disfrutador. Pero luego supongamos que pierdo todo mi dinero en los negocios; la consecuencia es que yo sufro. De igual manera en cada terreno de la vida, o gozamos o sufrimos de los resultados de nuestro trabajo. A esto se le llama karma.
En el Bhagavad-gītā se explican todos estos temas: Īśvara (el Señor Supremo), jīva (la entidad viviente), prakṛti (la naturaleza), el tiempo eterno y karma (la actividad). De estos cinco, el Señor, las entidades vivientes, la naturaleza material y el tiempo, son eternos. Quizas la manifestación de prakṛti sea temporal, mas no es falsa. Algunos filósofos dicen que la manifestación de la naturaleza material es falsa, pero de acuerdo a la ftlosofía del Bhagavad-gītā o sea la filosofía de los Vaiṣṇavas, esto no es así. La manifestación del mundo no se acepta como falsa, sino como real aunque temporal. Se la compara con una nube que atraviesa el cielo, o con la llegada de la estación de lluvias que nutre los granos. Tan pronto como se acaba la estación y se van las nubes, todas las cosechas que antes fueron nutridas por las lluvias se secan. En forma similar, esta manifestación material ocurre a determinados intervalos, permanece un tiempo y luego desaparece. Tal es el funcionamiento de la prakṛti, este ciclo funciona eternamente. Por eso la prakṛti es eterna, no falsa. El Señor se refiere a ésta como a «Mi prakṛti». Esta naturaleza material es la energía separada del Señor Supremo. Én forma semejante, las entidades vivientes también son la energía del Señor Supremo; mas no están separadas, sino eternamente relacionadas con EL. Así pues, el Señor, la entidad viviente, la naturaleza material y el tiempo, están todos interrelacionados y todos son eternos. No obstante el otro factor, el karma, no es eterno. De hecho es posible que los efectos del karma sean muy antiguos. Desde tiempos inmemoriales estamos disfrutando o sufriendo los resultados de nuestras actividades, pero podemos cambiar los resultados de nuestro kanna o nuestra actividad, dicho cambio depende de la perfección de nuestro conocimiento. Estamos ocupados en diversas actividades; pero indudablemente no sabemos que tipo de actividades debemos adoptar para obtener alivio de las acciones y reacciones de todas estas actividades, esto se explica también en el Bhagavad-gītā.
La posición del īśvara es la de conciencia suprema. Las jīvas o entidades vivientes siendo partes o porciones del Señor Supremo, son también conscientes. Tanto la entidad viviente como la naturaleza material se explican como prakṛti, la energía del Señor Supremo. Mas una de las dos, la jīva, es consciente. La otra prakṛti no es consciente, en esto estriba la diferencia. Por ello, a la jīva-prakṛti se le denomina superior debido a que la jīva tiene una conciencia semejante a la del Señor. Sin embargo el Señor posee conciencia suprema y nadie debe declarar que la jīva, o entidad viviente, también es supremamente consciente. El ser viviente no puede ser supremamente consciente en ninguna etapa de su perfección, la teoría que así lo sostiene es una teoría engañosa. El puede ser consciente, pero no es perfecta ni supremamente consciente.
La distinción entre la jīva y el īśvara será explicada en el Capítul Trece del Bhagavad-gītā. El Señor es kṣetra-jña, consciente, así como lo es e ser viviente, mas el ser viviente es consciente de su cuerpo particular mientra que el Señor es consciente de todos los cuerpos. Puesto que El reside en el corazón de cada entidad viviente, El es consciente de los movimientos síquicos de las jīvas particulares. Jamás debemos olvidar esto. Es explicado también que el Paramātmā, la Suprema Personalidad de Dios, reside en el corazón de todo el mundo como īśvara, como el controlador y que El dirige a la entidad viviente para que actúe tal como ella lo desee. La entidad viviente se olvida de lo que tiene que hacer. En un principio ella se decide a actuar en cierta forma y se enreda entonces en las acciones y reacciones de su propio karma. Después de abandonar un tipo de cuerpo entra a otro tipo de cuerpo, así como nos ponemos y nos quitamos viejas vestiduras. Asi que mientras el ahna transmigra sufre de las acciones y reacciones de sus actividades pasadas. Estas actividades pueden ser transformadas cuando el ser viviente se sitúa en la modalidad de la bondad, en su sano juicio y comprende qué tipo de actividades debe adoptar. Si lo hace así, se podrán cambiar entonces todas las acciones y reacciones de sus actividades pasadas. En consecuencia, el karma no es eterno. Es por eso que establecimos que de los cinco factores, Tivara, jīva, prakṛti, tiempo y karma, cuatro son eternos mientras que el karma no lo es.
El Supremo īśvara consciente es similar a la entidad viviente en esto: tanto la conciencia del Señor como la de la entidad viviente son trascendentales. No es que la conciencia se genere por asociación con la materia; esa es una idea errónea. En el Bhagavad-gītā no se acepta la teoría de que la conciencia se desarrolla bajo ciertas circunstancias de combinación material. La conciencia puede reflejarse en forma pervertida a través de la cobertura de circunstancias materiales, exactamente asi como la luz reflejada a través de un vidrio pintado puede parecer de un color determinado, mas la conciencia del Señor no es afectada materialmente. El Señor Kṛṣṇa dice: «mayādhyakṣeṇa prakṛtiḥ». Cuando El desciende en el universo material Su conciencia no es afectada por la materia. Si fuese así afectada, El estaría incapacitado para hablar sobre asuntos trascendentales tal como lo hace en el Bhagavad-gītā. No se puede decir nada acerca del mundo trascendental sin estar libre de la conciencia contaminada materialmente. Así pues, el Señor no está contaminado por la materia. No obstante, en la actualidad nuestra conciencia sí está contaminada materialmente. El Bhagavad-gītā nos enseña que tenemos que purificar esta conciencia contaminada materialmente. En conciencia pura nuestras actividades se acoplarán a la voluntad del īśvara, eso nos hará dichosos. No es que tengamos que detener toda actividad, sino más bien que nuestras actividades deben purificarse, una vez purificadas se llaman bhakti. Las actividades en bhakti parecen ser ordinarias, pero no están contaminadas. Una persona ignorante puede creer que un devoto actúa o trabaja como un hombre ordinario, mas tal persona, con una reserva limitada de conocimiento, no sabe que las actividades del devoto o del Señor, no están contaminadas por una conciencia impura ni por la materia; tales actividades son trascendentales a las tres modalidades de la naturaleza. Sin embargo, debemos saber que al momento presente nuestra conciencia está contaminada.
Cuando estamos contaminados materialmente, se nos denomina condicionados. La conciencia falsa se exhibe bajo la impresión de que yo soy un producto de la naturaleza material; esto es llamado ego falso. Quien está absorto en los pensamientos de conceptos corporales no puede comprender su situación. El Bhagavad-gītā se habló para liberarlo a uno del concepto corporal de la vida y Arjuna adoptó esta posición a fin de recibir esta información del Señor. Uno debe liberarse del concepto corporal de la vida; esa es la actividad preliminar del trascendentalista. Aquel que desea liberarse y desea emancipación, debe ante todo aprender que él no es este cuerpo material. Mukti, o liberación significa libertad de la conciencia material. En el Śrīmad-Bhāgavatam también es dada la definición de liberación: «Muktir hitvānyathā-rūpaṁ svarūpeṇa vyavasthitiḥ», mukti significa liberación de la conciencia contaminada de este mundo material y situación en la conciencia pura. Todas las instrucciones del Bhagavad-glta son destinadas a despertar esta conciencia pura, por eso encontramos en las instrucciones finales del Gītā, que Kṛṣṇa le pregunta a Arjuna si se encuentra en un estado de conciencia purificada. La conciencia purificada significa actuar conforme a las instrucciones del Señor. Esta es la esencia y substancia total de la conciencia purificada. Puesto que somos partes o porciones del Señor, la conciencia ya está allí, mas para nosotros existe la afinidad de ser afectados por las modalidades inferiores. Pero el Señor, siendo el Supremo, nunca es afectado. Esta es la diferencia entre el Señor Supremo y las almas condicionadas.
¿Qué es esta conciencia? Esta conciencia es el «yo soy». Entonces ¿qué soy yo? En la conciencia contaminada, «yo soy» significa «yo soy el amo de todo lo que contemplo, yo soy el disfrutador.» El mundo gira porque cada ser viviente piensa que él es el señor y creador del mundo material. La conciencia material tiene dos divisiones síquicas. Una es que yo soy el creador y la otra es que soy el disfrutador. Pero en realidad el Señor Supremo es tanto el creador como el disfrutador y la entidad viviente, siendo parte o porción del Señor Supremo, no es ni el creador ni el disfrutador, sino un cooperador. El es el creado y el disfrutado. Por ejemplo, una parte de una máquina coopera con la máquina completa; una parte del cuerpo coopera con el cuerpo entero. Las manos, los pies, los ojos, las piernas y así sucesivamente, todos son partes del cuerpo, pero de hecho no son los disfrutadores. El estómago es el disfrutador. Las piernas caminan, las manos proveen el alimento, las muelas mastican y todas las partes del cuerpo se ocupan en satisfacer al estómago, porque el estómago es el factor principal que nutre la organización del cuerpo; por eso todo se cede al estómago. Al árbol se le nutre poniendo agua en la raíz y al cuerpo se le nutre alimentando al estómago, pues si el cuerpo ha de ser conservado en un estado saludable, entonces las partes del cuerpo habrán de cooperar en la alimentación del estómago. En forma similar el Señor Supremo es el disfrutador y el creador, y nosotros, como seres vivientes subordinados, estamos destinados a cooperar para satisfacerlo a EL Esta cooperación en verdad nos ayudará, exactamente como el alimento que el estómago recibe ayudará a todas las demás partes del cuerpo. Si los dedos de la mano piensan que deben tomar la comida ellos mismos en vez de proporcionársela al estómago, entonces se verán frustrados. La figura central de la creación y del disfrute es el Señor Supremo, las entidades vivientes son cooperadores. Ellas disfrutan mediante la cooperación. Esta relación es también como la del amo y el sirviente. Si el amo está plenamente satisfecho entonces el sirviente lo estará también. En forma semejante, se debe satisfacer al Señor Supremo, aunque la tendencia de convertirse en creador y disfrutar del mundo material también esté presente en las entidades vivientes, ya que dicha tendencia la posee el Señor Supremo,quien ha creado el mundo cósmico manifestado.
Por lo tanto en este Bhagavad-gītā encontraremos que el tódo completo consta del controlador supremo, las entidades vivientes controladas, la manifestación cósmica, el tiempo eterno y el karma o actividades, todos estos son explicados en este texto. Considerados en conjunto todos ellos forman el todo completo, el cual es denominado la Verdad Absoluta Suprema. El todo completo y la Verdad Absoluta completa constituyen la Suprema Personali dad de Dios, Śrī Kṛṣṇa. Todas las manifestaciones son debidas a Sus distintas energías. Él es el todo completo.
En el Gītā es también explicado que el Brahman impersonal está subordinado a la Persona Suprema completa (brahmaṇo hi pratiṣṭhāham). En el Brahma-sūtra, se explica más claramente que el Brahman es como los rayos del Sol. El Brahman impersonal constituye los rayos luminosos de la Suprema Personalidad de Dios. El Brahman impersonal es la comprensión incompleta del todo absoluto, como también lo es el concepto del Paramātmā encontrado en el Capítulo Doce. Allí se verá que la Su prema Personalidad de Dios, Puruṣottama, está por encima tanto del Brahman impersonal como de la comprensión parcial del Paramātmā. La Suprema Personalidad de Dios es denominada sac-cid-ānanda-vigraha. El Brahma-sarhhita empieza así: īśvaraḥ paramaḥ kṛṣṇaḥ sac-cid-ānanda-vigraha/ anādir ādir govindaḥ sarva-kāraṇa-kāraṇam. «Govinda, Kṛṣṇa es la causa de todas las causas. Él es la causa original y Él es la forma misma de la existencia, el conocimiento y la bienaventuranza eternos». La comprensión del Brahman impersonal es la comprensión de Su característica sat (eternidad). La comprensión del Paramātmā es la comprensión de la característica sat-cit (conocimiento eterno). La comprensión de la Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, es la comprensión de todas las características trascendentales: sat, cit y ānanda (existencia, conocimiento y bienaventuranza) en vigraha (forma) completa.
Las personas de menos inteligencia consideran que la Verdad Suprema es impersonal, pero Él es una persona trascendental, esto es confirmado en todas las literaturas védicas. Nityo nityānāṁ cetanaś cetanānām [Kaṭha Upaniṣad 2.2.13]. Así como todos somos seres vivientes individuales y tenemos nuestra propia individualidad, la Verdad Absoluta Suprema también es en última instancia una persona, la comprensión de la Personalidad de Dios es la comprensión de todas las características trascendentales. El todo completo no es amorfo. Si El es amorfo o si es menos que cualquier cosa, entonces no puede ser el todo completo. El todo completo debe poseer todo lo que está dentro de nuestra experiencia y todo lo que está más allá de nuestra experiencia; de otra manera no puede ser completo. El todo completo, la Personalidad de Dios, tiene inmensas potencias.
El todo completo, la Personalidad de Dios, tiene inmensas potencias (parāsya śaktir vividhaiva śrūyate). En el Bhagavad-gTta también se explica cómo Kṛṣṇa actúa en potencias diferentes. Este mundo fenoménico o material en el que estamos colocados es también completo en sí mismo, pues los veinticuatro elementos de los que este universo material es una manifestación temporal, según la filosofía sañkhya, están completamente ajustados para producir recursos completos, los cuales son necesarios para el mantenimiento y subsistencia de este universo. No hay nada que sea ajeno, ni hay necesidad de nada. Esta manifestación tiene su propio tiempo fijado por la energía del todo supremo, cuando dicho tiempo se complete, estas manifestaciones temporales serán aniquiladas por el completo arreglo del completo. Existe completa facilidad para que las pequeñas unidades completas, o entidades vivientes, comprendan el completo, todos los tipos de condición incompleta se experimentan debido a un conocimiento incompleto deÍ completo. Por lo tanto el Bhagavad-gTta contiene el conocimiento completo de la sabiduría védica.
Todo el conocimiento védico es infalible, los hindúes aceptan el conocimiento védico como completo e infalible. Por ejemplo, el estiércol de la vaca es el excremento de un animal y de conformidad con el smṛti o mandato védico, si uno toca el excremento de un animal se tiene que bañar para purificarse. Pero en las escrituras védicas se considera al estiércol de vaca como un agente purificador. Esto podrá considerarse contradictorio pero es aceptado por ser un mandamiento védico, de hecho aceptándolo uno no cometerá ningún error; posteriormente, la ciencia moderna ha comprobado que el estiércol vacuno contiene todas las propiedades antisépticas. Así que el conocimiento védico es completo ya que está por encima de toda duda y error y el Bhagavad-gītā es la esencia de todo el conocimiento védico.
El conocimiento védico no es una cuestión de investigación. Nuestra investigación es imperfecta porque nosotros averiguamos las cosas con sentidos imperfectos. Tenemos que aceptar el conocimiento perfecto el cual desciende tal com o lo afirma el Bhagavad-gītā, a través del paramparā o sucesión discipular. Tenemos que recibir el conocimiento de la fuente apropiada, en la sucesión discipular que comienza con el Señor Mismo quien es el maestro espiritual supremo. Tal conocimiento ha sido entregado a una sucesión de maestros espirituales. Arjuna, el estudiante que tomó lecciones del Señor Śrī Kṛṣṇa, acepta todo lo que El dice sin contradecirle. No es permitido aceptar una porción del Bhagavad-gītā y otra no. Debemos aceptar el Bhagavad-gītā sin interpretación, sin omisión alguna y sin nuestra propia (participación caprichosa en la materia. El Gītā se debe tomar como la más perfecta presentación del conocimiento védico. El conocimiento védico se recibe de fuentes trascendentales y el Señor Mismo fue quien habló las primeras palabras. Las palabras habladas por el Señor son llamadas apauruṣeya, esto significa que son diferentes de las palabras habladas por una persona mundana contagiada por los cuatro defectos. Una persona mundana: 1 ) seguramente que comete errores, 2) está invariablemente en ilusión, 3) tiene la tendencia de engañar a los demás y 4) está limitada por los sentidos imperfectos. Con estas cuatro imperfeccionesnadie pue de proporcionar información perfecta del conocimiento ornnipenetrante.
El conocimiento védico no lo imparten tales entidades vivientes defectuosas. Fue impartido en el corazón de Brahmā el primer ser viviente creado, quien a su vez lo diseminó entre sus hijos y discípulos, tal como lo recibió originalmente del Señor. El Señor es pūrṇam u omniperfecto, no hay posibilidad de que llegue a estar sujeto a las leyes de la naturaleza material. Por lo tanto uno debe ser lo suficientemente inteligente para saber que el Señor es el propietario único de todo lo que hay en el universo y que El es el creador original, el creador de Brahmā. En el Capítulo Once el Señor es denominado prapitāmaha porque a Brahmā se le llama pitāmaha, el abuelo, el Señor es el creador del abuelo. Nadie debe proclamarse propietario de ninguna cosa; uno debe aceptar solamente las cosas que el Señor le asigna como su ración para su mantenimiento.
Se dan muchos ejemplos de cómo hemos de utilizar esas cosas que nos son asignadas por el Señor. Esto también se explica en el Bhagavad-gītā. En un principio Arjuna había decidido que no lucharía en la batalla de Kurukṣetra. Esta era su propia decisión. Arjuna le dijo al Señor que no le sería posible disfrutar del reino después de matar a sus propios parientes. Esta decisión se basaba en el cuerpo, pues Arjuna estaba pensando que él mismo era el cuerpo y que sus relaciones o expansiones corporales eran sus hermanos, sobrinos, cuñados, abuelos y así sucesivamente. El estaba pensando de esta manera para satisfacer sus exigencias corporales. El Señor habló el Bhagavad-gītā tan sólo para cambiar este punto de vista y al final, Arjuna decide luchar bajo las instrucciones del Señor cuando dice: kariṣye vacanaṁ tava «Actuaré de acuerdo a Tu palabra».
En este mundo el hombre no está destinado a pelearse como perros y gatos. Debe ser suficientemente inteligente para darse cuenta de la importancia de la vida humana y rehusarse a actuar como un animal ordinario. El ser humano debe darse cuenta de la finalidad de su vida; esta instrucción es dada en toda la literatura védica y la esencia es dada en el Bhagavad-gītā. La literatura védica es para los seres humanos, no para los animales. Los animales pueden matar a otros animales y no incurren en pecado; pero si un hombre mata a un animal para lograr la satisfacción de su paladar descontrolado, tendrá que ser hecho responsable por violar las leyes de la naturaleza. En el Bhagavad-gītā se explica claramente que hay tres clases de actividades que corresponden a las diferentes modalidades de la naturaleza: las actividades de la bondad, de la pasión y de la ignorancia. De manera similar, también hay tres clases de comestibles: alimentos en la bondad, en la pasión y en la ignorancia. Todo esto es claramente descrito, si utilizamos apropiadamente las instrucciones del Bhagavad-gītā, toda nuestra vida se purificará y finalmente seremos capaces de alcanzar el destino que está más allá de este cielo material.
Este destino se llama el cielo sanātana, el eterno cielo espiritual (yad gatvā na nivartante tad dhāma paramaṁ mama). En este mundo material encontramos que todo es temporal. Entra en existencia, permanece algún tiempo, origina algunos subproductos, decae y luego desaparece. Esa es la ley del mundo material, sea que utilicemos como ejemplo este cuerpo, una fruta, o cualquier otra cosa. Pero más allá de este mundo temporal hay otro mundo del cual tenemos información. Este mundo se compone de otra naturaleza que es sanātana, eterna. En el Capítulo Once, a la jīva también se le describe como sanātana, eterna; también se describe al Señor como sanātana. Nosotros tenemos una relación íntima con el Señor y en virtud de que todos somos cualitativamente uno -el sanātana-dhāma o cielo, la Suprema Personalidad sanātana y los seres vivientes sanātana- todo el proposito del Bhagavad-gītā es el de revivir nuestra ocupación sanātana, o sanātana-dharma, que es la ocupación eterna de la entidad viviente. Estamos temporalmente ocupados en diferentes actividades; pero todas estas actividades se pueden purificar cuando abandonamos estas actividades temporales y emprendemos aquéllas que son prescritas por el Señor Supremo. A eso se le llama nuestra vida pura.
Tanto el Señor Supremo como Su morada trascendental son sanātana, como lo son también los seres vivientes, la asociación combinada del Señor Supremo y las entidades vivientes en la morada sanātana constituye la perfección de la vida humana. El Señor es muy bondadoso con las entidades vivientes porque son Sus hijos. El Señor Kṛṣṇa declara en el Bhagavad-gītā: sarva-yoniṣu ... ahaṁ bīja-pradaḥ pitā «Yo soy el padre de todos». Por supuesto que hay todo tipo de entidades vivientes de acuerdo con sus diversos karmas; pero aquí el Señor proclama que El es el padre de todos ellos. Por eso el Señor desciende para redimir a todas estas almas caídas condicionadas; para llamarlas de nuevo al eterno cielo sanātana, de manera que las entidades vivientes sanātana puedan recuperar sus eternas posiciones sanātana en asocia ción eterna con el Señor. Para redimir a las almas condicionadas el Señor Mismo viene en diferentes encarnaciones, o envía a Sus sirvientes confidencia les como Sus hijos, o Sus asociados o ācāryas.
Por lo tanto el sanātana-dharma no se refiere a ningún proceso sectario de religión. Es la función eterna de las entidades vivientes eternas en relación con el Señor Supremo eterno. El sanātana-dharma se refiere como se ha dicho antes, a la eterna ocupación de la entidad viviente. Ramanujācārya ha explicado la palabra sanātana como «aquello que no tiene ni principio ni fin», de manera que cuando hablamos del sanātana-dharma, debemos dar por sentado, basándonos en la autoridad de Śrīpāda Ramanujācārya, que no tiene ni principio ni fin.
La voz castellana «religión» es un poco diferente del sanātana-dharma. Religión lleva en sí la idea de fe y la fe puede cambiar. Uno puede tener fe en un proceso particular y puede cambiar su fe y adoptar otra; pero el sanātana dharma se refiere a esa actividad que no se puede cambiar. Por ejemplo, la liquidez no puede separarse del agua, ni tampoco puede separarse el calor del fuego. Similarmente, la función eterna del ser viviente eterno no puede separarse de la entidad viviente. El sanātana-dharma es eternamente integral con el ser viviente. Por lo tanto cuando hablamos del sanātana-dharma debemos dar por sentado, fundamentados en la autoridad de Śrīpāda Rāmānujācārya, que éste no tiene principio ni fin. Aquello que no tiene ni principio ni fm no puede ser sectario, pues no puede ser limitado por ninguna frontera. Sin embargo, los que pertenecen a alguna fe sectaria erróneamente considerarán que el sanātana-dharma también es sectario; pero si profundizamos en el asunto y lo consideramos a la luz de la ciencia moderna, rtos resulta posible ver que el sanātana-dhanna es la ocupación de toda la gente del mundo, aún más, de todas las entidades vivientes del universo.
Una fe religiosa no sanātana podrá tener u n principio en los anales de la historia humana, pero no hay principio para la historia del sanātana-dharma, porque permanece eternamente con los seres vivientes. En lo que se refiere a las entidades vivientes, los śāstras autoritativos establecen que el ser viviente no tiene ni nacimiento ni muerte. En el Gītā se dice que la entidad viviente nunca nace ni nunca muere. Es eterna e indestructible y continúa viviendo después de la destrucción de su cuerpo material temporal. En relación con el concepto del sanātana-dharma, debemos tratar de comprender el concepto de religión a partir del significado de la raíz sánscrita de la palabra. Dharma se refiere a aquello que existe constantemente con un objeto particular. Concluimos que junto con el fuego hay calor y luz; sin luz ni calor la palabra fuego no tiene significado. Similarmente, debemos descubrir la parte esencial del ser viviente, esa parte que es su compañera constante. Esa compañera constante es su cualidad eterna y esa cualidad eterna es su religión eterna.
Cuando Sanātana Gosvāmī le preguntó a Śrī Caitanya Mahaprabhu acerca del svarūpa de cada ser viviente, el Señor le replicó que el svarūpa o la posición constitucional del ser viviente es el rendir servicio a la Suprema Personalidad de Dios. Si analizamos esta declaración del Señor Caitanya, podemos ver fácilmente que cada ser viviente se ocupa constantemente en prestar servicio a otro ser viviente. Un ser viviente le sirve a otros seres vivientes de diferentes maneras. Al hacerlo, el ser viviente disfruta de la vida. Los animales inferiores sirven a los seres humanos tal como los sirvientes sirven a su señor. A sirve al amo B, B sirve al amo C, C sirve al amo D y así sucesivamente. En estas circunstancias, podemos ver que un amigo le sirve a otro amigo, que la madre le sirve al hijo, que la esposa le sirve al marido, que el marido le sirve a la esposa y así por el estilo. Si seguirnos buscando de esta manera, se verá que no hay excepción alguna en la sociedad de los seres vivientes respecto a la actividad de servir. El político le presenta al público su manifiesto para con vencerlo de su capacidad de servicio. Los votantes por lo tanto le otorgan al político sus valiosos votos, pensando que éste rendirá a la sociedad un servicio valioso. El tendero sirve a su cliente y el artesano le sirve al capitalista. El capitalista le sirve a la familia y la familia le sirve al estado, conforme a la capacidad eterna de la entidad viviente eterna. De esta manera podemos ver que ningún ser viviente está exento de rendirle servicio a otros seres vivientes, por tanto, podemos concluir con seguridad que el servicio es el compañero constante del ser viviente y que el prestar servicio es la religión eterna del ser viviente.
Sin embargo, el hombre profesa pertenecer a un tipo particular de fe en relación a un determinado tiempo y a una determinada circunstancia y así proclama ser hindú, musulmán, cristiano, budista o de cualquier otra secta. Tales designaciones no son sanātana-dharma. Un hindú puede cambiar su fe y convertirse en musulmán, o un musulmán puede cambiar la suya y convertirse en hindú, o un cristiano puede cambiar su fe y así sucesivamente. Pero en ninguna circunstancia el cambio de la fe religiosa afecta la eterna ocupación de rendir servicio a los demás. El hindú, musulmán o cristiano en toda circunstancia es sirviente de alguien. Así que el profesar un determinado tipo de fé no es profesar su propio sanātana-dharma. El rendir servicio es sanātana-dharma.
En realidad estamos relacionados con el Señor Supremo por medio del servicio. El Señor Supremo es el disfrutador supremo y nosotros, las entidades vivientes somos Sus servidores. Estamos creados para Su disfrute y si participamos en ese goce eterno con la Suprema Personalidad de Dios, seremos felices. No podemos llegar a ser felices de otra manera. No es posible ser feliz independientemente, así como ninguna parte del cuerpo puede ser feliz sin cooperar con el estómago. No es posible para la entidad viviente ser feliz sin rendirle servicio trascendental amoroso al Señor Supremo.
En el Bhagavad-gītā no se aprueba la adoración ni el prestarle servicio a los diferentes semidioses. Se afirma en el Capítulo Siete, verso veinte:
kāmais tais tair hṛta-jñānāḥ
prapadyante ’nya-devatāḥ
taṁ taṁ niyamam āsthāya
prakṛtyā niyatāḥ svayā

«Aquellos cuyas mentes están distorsionadas por los deseos materiales, se rinden a los semidioses y siguen las reglas y regulaciones particulares de adoración según su propia naturaleza».

Aquí se dice claramente que aquellos que son guiados por la lujuria adoran a los semidioses y no a Kṛṣṇa, el Señor Supremo. Cuando mencionamgs el nombre de Kṛṣṇa no nos referimos a ningún nombre sectario. Kṛṣṇa significa el placer más elevado y se confirma que el Señor Supremo es la fuente o depósito de todo placer. Todos estamos anhelando el placer. Ānanda-mayo ’bhyāsāt [Vedānta-sūtra 1.1.12]. Las entidades vivientes al igual que el Señor, son plenas de conciencia y andan tras la felicidad. El Señor es perpetuamente feliz, si las entidades vivientes se asocian con el Señor, cooperan con El, y participan de Su asociación, entonces también ellas se toman felices.
El Señor desciende a este mundo mortal para exhibir Sus pasatiempos en Vṛndāvana, los cuales están llenos de dicha. Cuando el Señor Śrī Kṛṣṇa estaba en Vṛndāvana Sus actividades con Sus amigos los pastorcillos, con Sus amigas las dÓncellas con los habitantes de Vṛndāvana y con las vacas, eran completamente plenas de felicidad. En Vṛndāvana la población entera no conocía otra cosa sino Kṛṣṇa. El Señor Kṛṣṇa incluso desalentó a Su padre Nanda Mahārāja de continuar adorando al semidios Indra, porque quería establecer el hecho de que la gente no necesita adorar a ningún semidiós. Sólo necesitan adorar al Señor Supremo, pues su destino último es regresar a Su morada.
La morada del Señor Śrī Kṛṣṇa es descrita en el Bhagavad-gītā, Capitulo Quince, verso seis:
na tad bhāsayate sūryo
na śaśāṅko na pāvakaḥ
yad gatvā na nivartante
tad dhāma paramaṁ mama

«Esa morada Mía no está iluminada por el Sol, la Luna, ni la electricidad. Aquel que la alcanza jamás retorna a este mundo material».

Este verso da una descripción de ese cielo eterno. Desde luego que tenemos un concepto material del cielo y pensamos de él en relación con el Sol, la Luna, las estrellas y así sucesivamente; pero en este verso el Señor afirma que en el cielo eterno no hay necesidad del Sol, ni de la Luna, ni fuego de ninguna clase, por que el cielo espiritual ya está iluminado por el brahma-jyotir o sea los rayos que emanan del Señor Supremo. Estamos tratando con dificultad de alcanzar otros planetas, pero no es difícil comprender la morada del Señor Supremo. Esta morada se menciona como Goloka. En el Brahma-saṁhitā [5.37] se describe de una manera preciosa: goloka eva nivasaty akhilātma-bhūtaḥ. El Señor reside eternamente en Su morada Goloka y sin embargo uno puede aproximarse a El desde este mundo, y para este fin el Señor viene a manifestar Su forma verdadera, sac-cid-ānanda-vigraha. Cuando Él manifesta esta forma no hay necesidad de que imaginemos como luce Él. Para desalentar tal especulación imaginiativa El desciende y Se muestra tal como es, como Śyāmasundara. Desafortunadamente, la gente menos inteligente Lo menosprecia porque viene como uno de nosotros y juega con nosotros como unser humano. Mas por ello no debemos considerar que el Señor es uno de nosotros. Es por medio de Su potencia que Él Se presenta en Su forma verdadera ante nosotros y exhibe Sus pasatiempos que son réplicas de los pasatiempos encontrados en Su morada.
En los rayos refulgentes del cielo espiritual flotan innumerables planetas. El brahma-jyotir emana de Kṛṣṇaloka, la morada suprema, los planetas ānanda-maya, planetas cin-maya, que no son materiales flotan en estos rayos. El Señor dice: na tad bhāsayate sūryo na śaśāṅko na pāvakaḥ/ yad gatvā na nivartante tad dhāma paramaṁ mama. «Aquel que logra llegar a ese cielo espiritual no necesita descender nuevamente al mundo material» [Bhagavad-gītā 15.6]. En el mundo material, incluso si nos acercamos al planeta más elevado (Brahmaloka), que decir de la Luna, encontraremos las mismas condiciones de vida, es decir, nacimiento, muerte, enfermedad y vejez. Ningún planeta del universo material está libre de estos cuatro principios de la existencia material, por eso, el Señor dice en el Bhagavad-gītā: ā-brahma-bhuvanāl lokāḥ punar āvartino ’rjuna [8.16].
Las entidades vivientes viajan de un planeta a otro, no mediante dispositivos mecánicos sino por un proceso espiritual. Esto también es mencionado: yānti deva-vratā devān pitṝn yānti pitṛ-vratāḥ. Ningún dispositivo mecánico es necesario si deseamos viajes interpianetarios. El Gītā instruye: yānti deva-vratā devān. La Luna, el Sol y los planetas superiores son denominados Svargaloka. Hay tres clases distintas de planetas: los sistemas planetarios superiores, los intermedios y los inferiores. La Tierra pertenece al sistema planetario intermedio. El Bhagavad-gītā nos informa como viajar a los sistemas planetarios superiores (Devaloka) con una formula muy sencilla: yānti deva-vratā devān. Lo único que se necesita es adorar al semidiós particular de ese determinado planeta y de esa forma podemos ir a la Luna, el Sol o a cualquiera de los sistemas planetarios superiores.
Sin embargo, el Bhagavad-gītā no nos aconseja ir a ninguno de los planetas en este mundo material porque aunque vayamos a Brahmaloka,el planeta más elevado, por medio de algún artificio mecánico, viajando quizá cuarenta mil años (¿y quién viviría tanto tiempo?) aún encontraríamos todos los inconvenientes materiales del nacimiento, la muerte, la enfermedad y la vejez. Pero aquel que quiera acercarse a Kṛṣṇaloka, el planeta supremo, o a cualquiera de los otros planetas dentro del cielo espiritual, no se encontrará con estos inconvenientes materiales. Entre todos los planetas del cielo espiritual hay un planeta supremo llamado Goloka Vṛndāvana:, el cual es el planeta original en la morada de la Personalidad de Dios Original, Śrī Kṛṣṇa. Toda esta información es dada en el Bhagavad-gītā, mediante sus instrucciones recibimos información sobre cómo dejar el mundo material y comenzar una vida verdaderamente bienaventurada en el cielo espiritual.
En el Decimoquinto Capítulo del Bhagavad-gītā se da la verdadera descripción def mundo material. Ahí se dice:
ūrdhva-mūlam adhaḥ-śākham
aśvatthaṁ prāhur avyayam
chandāṁsi yasya parṇāni
yas taṁ veda sa veda-vit

«El Señor Supremo dijo: Existe un árbol baniano que tiene sus raíces hacia arriba y sus ramas hacia abajo y cuyas hojas son los himnos védicos. Quien conoce este árbol es el conocedor de los Vedas».
Bhagavad-gītā 15.1

Aquí el mundo material se describe como un árbol cuyas raíces están hacia arriba y cuyas ramas están hacia abajo. Nosotros tenemos experiencia de algún árbol cuyas raíces están hacía arriba: si nos situamos a la orilla de un río o de cualquier depósito de agua, podemos ver que los árboles reflejados en el agua están al revés, las ramas se dirigen hacia abajo y las raíces hacia arriba. En forma similar, este mundo material es un reflejo del mundo espiritual. El mundo material no es sino una sombra de la realidad. En la sombra no hay realidad ni substancialidad, pero por la sombra podemos comprender que sí hay substancia y realidad. En el desierto no hay agua, pero el espejismo sugiere que existe algo así. En el mundo material no hay agua, no hay felicidad, pero el agua auténtica de la felicidad verdadera existe en el mundo espiritual.
El Señor sugiere que alcancemos el mundo espiritual de la forma siguiente [Bhagavad-gītā 15.5]:

nirmāna-mohā jita-saṅga-doṣā
adhyātma-nityā vinivṛtta-kāmāḥ
dvandvair vimuktāḥ sukha-duḥkha-saṁjñair
gacchanty amūḍhāḥ padam avyayaṁ tat
Ese padam avyayam o reino eterno lo puede alcanzar aquel que es nirmāna-moha. ¿Qué significa esto? Andamos tras las designaciones. Alguien quiere ser «caballero», otro quiere ser «señor», otro quiere ser presidente, u hombre rico o rey o cualquier otra cosa. Mientras tengamos apego por estas designaciones estaremos apegados al cuerpo; puesto que las designaciones pertenecen al cuerpo. Pero no somos estos cuerpos y nos damos cuenta de que esto constituye la primera etapa de la comprensión espiritual. Estamos asociados a las tres modalidades de la naturaleza material, mas debemos desapegamos mediante el servicio devocional al Señor. Si no nos apegamos al servicio devocional al Señor, entonces no podremos desapegamos de las modalidades de la naturaleza material. Las designaciones y los apegos se deben a nuestra lujuria y deseo, al querer enseñoreamos sobre la naturaleza material. Mientras no abandonemos esta inclinación a enseñoreamos sobre la naturaleza material, no hay posibilidad de regresar al reino del Supremo, al sanātana-dhāma. Ese reino eterno que nunca es destruido es accesible para quien no se confunde por las atracciones de los falsos placeres materiales, y se encuentra situado en el servicio del Señor Supremo. Situado así, uno puede fácilmente acercarse a esa morada suprema.
En otra parte del Gītā (8.21) se dice:
avyakto ’kṣara ity uktas
tam āhuḥ paramāṁ gatim
yaṁ prāpya na nivartante
tad dhāma paramaṁ mama
Avyakta significa no manifiesto. Ni siquiera todo lo del mundo material se manifiesta ante nosotros. Nuestros sentidos son tan imperfectos que incluso no podemos ver todas las estrellas dentro de este universo material. De la literatura védica podemos recibir mucha información acerca de todos los planetas y podemos creerla o no. Todos los planetas importantes se describen en la literatura védica especialmente en el Śrīmad-Bhāgavatam, el mundo espiritual, el cual está más allá de este cielo material, es descrito como avyakta o no manifiesto. Uno debe desear y anhelar ese reino supremo porque cuando uno lo alcanza ya no tiene que regresar a este mundo material.
Luego puede surgir la pregunta de cómo debe uno acercarse a la morada del Señor Supremo. La información pertinente es dada en el Capítulo Ocho. Ahí se dice:

anta-kāle ca mām eva
smaran muktvā kalevaram
yaḥ prayāti sa mad-bhāvaṁ
yāti nāsty atra saṁśayaḥ

«Cualquiera que al final de su vida deje su cuerpo recordándome a Mi, de inmediato alcanza Mi naturaleza y de esto no existe duda».
[Bhagavad-gītā 8.5]

El que piensa en Kṛṣṇa al momento de su muerte va a Kṛṣṇa. Se debe recordar la forma de Kṛṣṇa; si uno deja su cuerpo pensando en esta forma se acerca al reino espiritual. Mad-bhāvam se refiere a la naturaleza suprema del Ser Supremo. El Ser Supremo es sac-cid-ānanda-vigraha, es decir, su forma es eterna, pleno de conocimiento y bienaventuranza. Nuestro cuerpo actual no es sac-cid-ānanda, es asat, no sat. No es eterno sino perececero. No es cit, lleno de conocimiento, sino lleno de ignorancia. No tenemos ningún conocimiento del reino espiritual, ni siquiera tenemos conocimiento perfecto de este mundo material donde hay tantas cosas que nos son desconocidas. El cuerpo también es nirānanda, en lugar de estar lleno de bienaventuranza está lleno de sufrimiento. Todas las miserias que experimentamos en el mundo material tienen su origen en el cuerpo, pero quien deja su cuerpo pensando en el Señor Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, inmediatamente logra un cuerpo sac-cid-ānanda.
El proceso de dejar este cuerpo y obtener otro en el mundo material también está organizado. El hombre muere después de que se ha decidido la clase de cuerpo que tendrá en la vida siguiente. Autoridades superiores toman esa decisión y no la misma entidad viviente. Según nuestras actividades en esta vida o nos elevamos o nos hundimos. Esta vida es una preparación para la siguiente. Por lo tanto si podemos prepararnos en esta vida para ser promovidos al reino de Dios, entonces después de dejar este, cuerpo material seguramente lograremos un cuerpo espiritual igual al del Señor.
Como se explicó anteriormente, hay diferentes clases de trascendentalistas: el brahma-vādī, el paramātma-vādī y el devoto; como se mencionó anteriormente, en el brahma-jyotir (cielo espiritual) hay innumerables planetas espirituales. El número de estos planetas es muchísimo mayor que el de todos los planetas de este mundo material. Este mundo material ha sido calculado como tan sólo la cuarta parte de la creación (ekāṁśena sthito jagat). En este segmento material hay millones y billones de universos con trillones de planetas y soles, estrellas y lunas. Pero toda esta creación material es solamente un fragmento de la creación total. La mayor parte de la creación está en el cielo espiritual. Aquel que desea fusionarse en la existencia del Brahmān Supremo, es inmediatamente transferido al brahma-jyotir del Señor Supremo, en esa forma alcanza el cielo espiritual. El devoto que desea disfrutar de la asociación con el Señor entra a los planetas Vaikuṇṭha, los que son innumerables y el Señor Supremo, mediante Sus expansiones plenarias como Nārāyaṇa con cuatro brazos y con diferentes nombres tales como Pradyumna, Aniruddha y Govinda, etc., se asocian con él allí. Por eso al final de la vida el trascendentalista piensa, o en el brahma-jyotir, en el Paramātmā o en la Suprema Personalidad de Dios Kṛṣṇa. En todos los casos entran al cielo espiritual, pero sólo el devoto, o aquel que está en contacto personal con el Señor Supremo,entra a los planetas de Vaikuṇṭha o al planeta Goloka Vṛndāvana. El Señor aun agrega que de esto «no hay ninguna duda». Esto se debe creer firmemente. No debemos rechazar aquello que no está de acuerdo con nuestra imaginación; nuestra actitud debe ser la de Arjuna: «Yo creo en todo lo que me has dicho». Por ello cuando el Señor dice que cualquiera que al momento de la muerte piense en El como Brahmān, como Paramātmā o como la Personalidad de Dios, ciertamente entra al cielo espiritual, no hay duda de ello. No hay motivo para no creerlo.
El Bhagavad-gītā [8.6] también explica el principio general que hace posible entrar en el reino espiritual simplemente pensando en el Ser Supremo en el nivel más alto a la hora de la muerte:

yaṁ yaṁ vāpi smaran bhāvaṁ
tyajaty ante kalevaram
taṁ tam evaiti kaunteya
sadā tad-bhāva-bhāvitaḥ

«En cualquier condición en que uno abandone su cuerpo presente, en la vida siguiente logrará sin duda ese mismo estado».

Ahora bien, primero debemos entender que la naturaleza material es una manifestación de una de las energías del Señor Supremo. En el Viṣṇu Purāṇa [6.7.61] se describe la totalidad de las energías del Señor Supremo:

viṣṇu-śaktiḥ parā proktā
kṣetra-jñākhyā tathā parā
avidyā-karma-saṁjñānyā
tṛtīyā śaktir iṣyate
El Señor Supremo tiene diversas e innumerables energías que están más allá de nuestra concepción; sin embargo, grandes sabios eruditos o almas liberadas han estudiado estas energías y las han analizado en tres partes. Todas las energías son de viṣṇu-śakti, es decir, son diferentes potencias del Señor Viṣṇu. La primera energía es parā, trascendental. Las entidades vivientes también pertenecen a la energía superior, como ya se ha explicado. Las otras energías, o energías materiales, están en la modalidad de la ignorancia. En el momento de la muerte, o podemos permanecer en la energía inferior de este mundo material o podemos transferirnos a la energía del mundo espiritual. Entonces el Bhagavad-gītā [8.6] dice:

yaṁ yaṁ vāpi smaran bhāvaṁ
tyajaty ante kalevaram
taṁ tam evaiti kaunteya
sadā tad-bhāva-bhāvitaḥ

«En cualquier condición en que uno abandone su cuerpo presente, en la vida siguiente logrará sin duda ese mismo estado».

En la vida nos acostumbramos a pensar en la energía material o en la energía espiritual. Ahora bien, ¿cómo podemos transferir nuestros pensamientos de la energía material a la energía espiritual? Hay demasiada literatura que llena nuestros pensamientos con la energía material, periódicos, novelas, etc. Nuestro pensamiento ahora absorto en esas literaturas, tiene que ser transferido a la literatura védica. Por eso los grandes sabios han escrito tantas literaturas védicas como los Purāṇas, etc. Los Purāṇas no son imaginarios; son anales históricos. En el Caitanya Caritamrta [Madhya 20.122] se encuentra el siguiente verso:

māyā-mugdha jīvera nāhi svataḥ kṛṣṇa-jñāna
jīvere kṛpāya kailā kṛṣṇa veda-purāṇa
Las entidades vivientes olvidadizas o almas condicionadas, han olvidado su relación con el Señor Supremo y están absortas en pensar en actividades materiales. Precisamente para transferir su poder de pensamiento al cielo espiritual, Kṛṣṇa-dvaipāyana Vyāsa ha proporcionado un gran número de literaturas védicas. Primero El dividió los Vedas en cuatro, luego los explicó en los Purāṇas y para la gente menos capaz escribió el Mahābhārata. En el Mahābhārata se presenta el Bhagavad-gītā. Luego toda la literatura védica es resumida en el Vedānta-sūtra y para dirección futura Él dió un comentario natural sobre el Vedānta-sūtra, denominado Śrīmad-Bhāgavatam. Debemos siempre ocupar nuestras mentes en la lectura de estas literaturas védicas. Exactamente como los materialistas ocupan sus mentes en leer periódicos, revistas y tanta literatura materialista, nosotros debemos transferir nuestra lectura a estas literaturas que Vyāsadeva nos ha dado; en esa forma nos será posible recordar al Señor Supremo en el momento de la muerte. Ese es el único camino que sugiere el Señor y El garantiza el resultado: «No hay duda».
tasmāt sarveṣu kāleṣu
mām anusmara yudhya ca
mayy arpita-mano-buddhir
mām evaiṣyasy asaṁśayaḥ

«Por lo tanto Arjuna, debes pensar siempre en Mí y a un mismo tiempo con tinuar con tu deber prescrito y luchar. Con tu mente y actividades siempre fijas en Mí y todo dedicado a Mí, tú Me alcanzarás sin duda alguna».
[Bhagavad-gītā 8.7]

El no le aconseja a Arjuna que piense sólo en El y abandone su ocupación. No, el Señor nunca sugiere nada impráctico. En este mundo material uno necesita trabajar a fin de mantener el cuerpo. La sociedad humana se divide según el trabajo en cuatro divisiones de orden social: brāhmaṇa, kṣatriya, vaiśya y südra. La clase brāhmaṇa o clase inteligente trabaja en una forma. La clase kṣatriya o clase administradora trabaja en otra forma, y la clase mercantil y los obreros atienden todos sus deberes específicos. En la sociedad humana ya se trate de un obrero, un comerciante, un guerrero, administrador o agricultor, aún si pertenece a la clase más alta y es literato, científico o teólogo, tiene que trabajar para mantener su existencia. Por lo tanto el Señor le dice a Arjuna que no necesita abandonar su ocupación; pero que mientras desempeña su ocupación debe. recordar a Kṛṣṇa (mām anusmara). Si no practica el recordar a Kṛṣṇa mientras está luchando por la existencia, entonces no le será posible recordar a Kṛṣṇa al momento de la muerte. El Señor Caitanya también aconseja esto. Él dice, kīrtanīyaḥ sadā hariḥ: uno debe practicar la remembranza del Señor cantando siempre Sus nombres. Los nombres del Señor y el Señor Mismo no son diferentes. Así que la instrucción dada por el Señor Kṛṣṇa a Arjuna: «Recuérdame» y el mandato del Señor Caitanya: «Siempre canta los nombres del Señor Kṛṣṇa» son la misma instrucción. No hay diferencia por que Kṛṣṇa y el nombre de Kṛṣṇa no son diferentes. En el estado absoluto no hay diferencia entre la referencia y el referente. Por eso tenemos que practicar el recordar siempre al Señor veinticuatro horas al día, cantando Sus nombres y amoldando las actividades de nuestra vida de tal manera que podamos recordarlo en todo momento.
¿Cómo es esto posible? Los ācāryas dan el ejemplo siguiente. Si una mujer casada siente apego por otro hombre, o si un hombre tiene apego por una mujer que no es su esposa, entonces ese apego se considera como muy fuerte. Quien experimente tal apego siempre piensa en la persona amada. La esposa que piensa en su amante, piensa siempre en encontrarse con él, aún mientras se encuentra ocupada en sus quehaceres domésticos. De hecho ella desempeñará sus labores domésticas aún más cuidadosamente, pues así su esposo no sospechará de su apego. En forma similar, siempre debemos recordar al amante supremo, Śrī Kṛṣṇa y al mismo tiempo desempeñar nuestros deberes materiales muy esmeradamente. Aquí se requiere un fuerte sentimiento de amor hacia el Señor Supremo. Si tenemos un fuerte sentido de amor por el Señor Supremo, entonces podemos ejecutar nuestro deber y al mismo tiempo recordarlo. Pero tenemos que desarrollar ese sentimiento de amor. Arjuna, por ejemplo siempre pensaba en Kṛṣṇa; era el compañero constante de Kṛṣṇa y al mismo tiempo era un guerrero. Kṛṣṇa no le aconsejó abandonar la lucha e irse a meditar al bosque. Cuando el Señor Kṛṣṇa describe a Arjuna el sistema de yoga, Arjuna dice que la práctica de este sistema no le es posible.
arjuna uvāca
yo ’yaṁ yogas tvayā proktaḥ
sāmyena madhusūdana
etasyāhaṁ na paśyāmi
cañcalatvāt sthitiṁ sthirām

«Arjuna dijo: ¡Oh Madhusūdana! el sistema de yoga que Tú me has resumido me parece impráctico e intolerable, pues la mente es inquieta e inconstante».
[Bhagavad-gītā 6.33]

Pero el Señor dice:
yoginām api sarveṣāṁ
mad-gatenāntar-ātmanā
śraddhāvān bhajate yo māṁ
sa me yukta-tamo mataḥ

«De todos los yogīs aquel que siempre se refugia en Mí con gran fe, piensa en Mí dentro de sí mismo, adorándome en servicio amoroso trascendental, está más íntimamente unido conmigo en el yoga y es el más elevado de todos, esa es Mi opinión».
[Bhagavad-gītā 6.47]

De modo que quien siempre piensa en el Señor Supremo es el yogl más grande, el jñānī máximo y al mismo tiempo el más grande de los devotos. El Señor le dice además a Arjuna que como kṣatriya no puede renunciar a la lucha, pero que si pelea recordando a Kṛṣṇa, entonces será capaz de recordarlo al momento de la muerte. Pero uno tiene que estar completamente entregado al servicio trascendental amoroso al Señor.
En realidad no trabajamos con nuestro cuerpo, sino con nuestra mente e inteligencia. Así, si la mente y la inteligencia están siempre ocupadas en pensar en el Señor Supremo, entonces 1os sentidos también estarán naturalmente ocupados en Su servicio. Superficialmente por lo menos, las actividades de los sentidos permanecen igual, pero la conciencia cambia. El Bhagavad gitā enseña cómo absorber la mente y la inteligencia en el pensamiento acerca del Señor. Tal absorción lo capacitará a uno para trasladarse al reino del Señor. Si la mente está ocupada en el servicio de Kṛṣṇa, entonces los sentidos se ocuparán automáticamente en Su servicio. Este es el arte y es también el secreto del Bhagavad-ffitā: absorción total en el pensamiento de Śrī Kṛṣṇa.
El hombre moderno ha luchado muy duro para llegar a la Luna, pero no ha tratado muy arduamente de elevarse en lo espiritual. Si se tienen por delante unos cincuenta años de vida, uno debería ocupar ese breve tiempo en cultivar esta práctica de recordar a la Suprema Personalidad de Dios. Esta práctica es el proceso devocional de:
śravaṇaṁ kīrtanaṁ viṣṇoḥ
smaraṇaṁ pāda-sevanam
arcanaṁ vandanaṁ dāsyaṁ
sakhyam ātma-nivedanam
[Śrīmad-Bhāgavatam 7.5.23-24]
Estos nueve procesos, de los cuales el más fácil es śravaṇam, escuchar el Bhagavad-gītā de parte de una persona iluminada, harán que uno vuelva el pensamiento hacia el Ser Supremo. Esto conducirá a recordar al Señor Supremo y lo capacitará a uno, al abandonar el cuerpo, a obtener un cuerpo espiritual precisamente adecuado para su asociación con el Señor Supremo.
El Señor dice además:
abhyāsa-yoga-yuktena
cetasā nānya-gāminā
paramaṁ puruṣaṁ divyaṁ
yāti pārthānucintayan

«¡Oh Pārtha! (AJjuna), aquel que medita en Mí, la Suprema Personalidad de Dios, con su mente ocupada constantemente en recordarme, sin desviarse del sendero, él seguramente Me alcanza».
[Bhagavad-gītā 8.8]

Este no es un proceso muy difícil. Sin embargo uno debe aprenderlo de una persona experimentada; Tad-vijñānārthaṁ sa gurum evābhigacchet uno debe acercarse a una persona ya esté en la práctica. La mente siempre vuela de un lado para otro, pero uno debe practicar concentrando en todo momento la mente en la forma del Señor Supremo Śrī Kṛṣṇa, o en el sonido de Su nombre. La mente es inquieta por naturaleza yendo siempre de aquí para allá; pero puede reposar en la vibración sonora de Kṛṣṇa. Así que uno debe meditar en el paramaṁ puruṣam, la Suprema Personalidad de Dios en el reino espiritual y así alcanzarlo. Las formas y los medios para la ilmninación última; el logro máximo, están expuestos en el Bhagavad-gītā, las puertas de este conocimiento están abiertas a todo el mundo. A nadie se le rechaza. Toda clase de hombres pueden acercarse al Señor pensando en Él porque para todos es posible oír acerca de Él y pensar en Él.
El Señor dice además [Bhagavad-gītā 9.32–33]:
māṁ hi pārtha vyapāśritya
ye ’pi syuḥ pāpa-yonayaḥ
striyo vaiśyās tathā śūdrās
te ’pi yānti parāṁ gatim

kiṁ punar brāhmaṇāḥ puṇyā
bhaktā rājarṣayas tathā
anityam asukhaṁ lokam
imaṁ prāpya bhajasva mām
Entonces el Señor dice que los seres humanos, aun en las condiciones más bajas de la vida (un mercader, una mujer, o un obrero) pueden alcanzar al Supremo. No se necesita una inteligencia altamente desarrollada. El caso es que cualquiera que acepte los principios de bhakti-yoga y acepte al Señor Supremo como el summum bonum de la vida, como el objetivo más elevado, como la meta última, puede acercarse al Señor en el cielo espiritual. Si uno adopta los principios enunciados en el Bhagavad-gītā, puede perfeccionar su vida y encontrar la solución perfecta de todos los problemas de la vida. Esta es la esencia y substancia de todo el Bhagavad-gītā.
En conclusión, el Bhagavad-gītā es una literatura trascendental que debemos leer con mucha atención. Gītā-śāstram idaṁ puṇyaṁ yaḥ paṭhet Prayataḥ pumān: Si uno sigue adecuadamente las instrucciones del Bhagavad-gītā, puede liberarse de todas las miserias y ansiedades de la vida. Bhaya-śokādi-varjitaḥ. Uno será libre de todos los temores en esta vida y la próxima vida será espiritual [Gītā-māhātmya 1].
También hay otra ventaja:

gītādhyāyana-śīlasya
prāṇāyāma-parasya ca
naiva santi hi pāpāni
pūrva-janma-kṛtāni ca

«Si uno lee el Bhagavad-gītā con mucha sinceridad y toda la seriedad, entonces, por la gracia del Señor, las reacciones de sus fechorías pasadas no lo afectarán».
[Gītā-māhātmya 2]

El Señor dice en voz muy alta en la última parte del Bhagavad-gītā [18.66]:

sarva-dharmān parityajya
mām ekaṁ śaraṇaṁ vraja
ahaṁ tvāṁ sarva-pāpebhyo
mokṣayiṣyāmi mā śucaḥ

«Abandona toda variedad de religión y simplemente entrégate a Mí. Yo os libraré de todas las reacciones pecaminosas. No temas».

Así, el Señor asume toda la responsabilidad por aquel que se entrega a Él y Él protege a esa persona contra todas las reacciones de los pecados.
mala-nirmocanaṁ puṁsāṁ
jala-snānaṁ dine dine
sakṛd gītāmṛta-snānaṁ
saṁsāra-mala-nāśanam

«Uno puede limpiarse diariamente bañándose en agua, pero si se baña aunque sea una vez en el agua sagrada del Ganges del Bhagavad-gītā, para él la suciedad de la vida material queda completamente vencida».
[Gītā-māhātmya 3]

gītā su-gītā kartavyā
kim anyaiḥ śāstra-vistaraiḥ
yā svayaṁ padmanābhasya
mukha-padmād viniḥsṛtā

«Como la Suprema Personalidad de Dios habla el Bhagavad-gītā, no es necesario leer ninguna otra literatura védica. Sólo es necesario escuchar y leer el Bhagavad-gītā con atención y regularidad».
[Gītā-māhātmya 4]

En la era actual, la gente está tan absorta en actividades mundanas que no les es posible leer todas las Escrituras védicas. Pero esto no es necesario. Este libro, el Bhagavad-gītā, es suficiente, porque es la esencia de todas las Escrituras védicas y especialmente, porque lo habla la Suprema Personalidad de Dios.
Como se dice:
bhāratāmṛta-sarvasvaṁ
viṣṇu-vaktrād viniḥsṛtam
gītā-gaṅgodakaṁ pītvā
punar janma na vidyate

«Quien bebe el agua del Ganges alcanza la salvación, entonces, ¿qué decir de quien bebe el néctar del Bhagavad-gītā? El Bhagavad-gītā es el néctar esencial del Mahābhārata y lo habla el propio Señor Kṛṣṇa, el Viṣṇu original».
[Gītā-māhātmya 5]

El Bhagavad-gītā proviene de la boca de la Suprema Personalidad de Dios y se dice que el Ganges emana de los pies de loto del Señor. Por supuesto, no hay diferencia entre la boca y los pies del Señor Supremo, pero a partir de un estudio imparcial podemos apreciar que el Bhagavad-gītā es incluso más importante que el agua del Ganges.
sarvopaniṣado gāvo
dogdhā gopāla-nandanaḥ
pārtho vatsaḥ su-dhīr bhoktā
dugdhaṁ gītāmṛtaṁ mahat

«Este Gītopaniṣad, el Bhagavad-gītā, la esencia de todos los Upaniṣads, es como una vaca que el Señor Kṛṣṇa, que es famoso como pastorcillo de vacas, está ordeñando esta vaca. Arjuna es como un becerro así que los eruditos y los devotos puros deben beber la leche nectárea del Bhagavad-gītā».
[Gītā-māhātmya 6]

ekaṁ śāstraṁ devakī-putra-gītam
eko devo devakī-putra eva
eko mantras tasya nāmāni yāni
karmāpy ekaṁ tasya devasya sevā
[Gītā-māhātmya 7]
En la actualidad, la gente está muy ansiosa por tener una sola Escritura, un Dios, una religión y una ocupación. Por lo tanto, ekaṁ śāstraṁ devakī-putra-gītam: que haya una sola escritura, una escritura común para todo el mundo: el Bhagavad-gītā. Eko devo devakī-putra eva: que haya un Dios para todo el mundo: Śrī Kṛṣṇa. Eko mantras tasya nāmāni: y un himno, un mantra, una oración – el canto de Su nombre: Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. Karmāpy ekaṁ tasya devasya sevā: y que haya una sola obra: el servicio a la Suprema Personalidad de Dios.
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